lunes, 27 de diciembre de 2010

Es cierto que te veo en cada gesto de amor, en cada abrazo y en cada beso (como dice la canción), en la sonrisa de mi hija, en la vida de mis padres, en la mía propia, pero quiero preguntarte ahora que el espíritu de la navidad nos coge confesados...

Por qué me elegiste mujer? Tampoco que quería ser hombre, mucho menos! Pero, por qué? No me digas "porque estabas destinada para un hombre"! No me lo digas! (me saldrán más canas!)

jajajjajajajjajjajajjajajjajajjajjaaa

Las mujeres debemos ser saludables física, emocional y espiritutalmente, atractivas sexualmente, buena cocinera, gran madre...no es demasiado?

Tú lo haz dicho, eso es ser mujer.

Y en mi caso, también en muchos otros, encima llorona! Y por eso, me creen-nos creen, débiles...

Y tú, lo crees?

No. Pero digamos que estrujan tu corazón, hacen q uno voltee a secar las lágrimas en la esquina más cercana. Lo que supone un corazón herido.

Todos tenemos heridas q sanar...

Tú crees que las mías sanarán un día?

Me parece que crees más en tus fuerzas que en las mías.

Eres invisible. Y con eso no pretendo pintarme de racional, tampoco de heroína ó mártir porque tú me conoces, soy espiritual; pero he mirado al cielo tantas y tantas veces...

Y lo seguirás haciendo...

Por supuesto que sí, pero por favor, un pedido más: súmale un abrazo extra de carne y hueso, porque soy mujer y lo necesito para respirar! Y extiende mi pedido a todas las mujeres del planeta.

Es un trato.Volviendo a la pregunta, sanan con el perdón.

Auch! Como pesa esa palabra! Es como llevar en la mano izquierda el perdón y en la derecha el amor. Y mi amor perdió emoción, perdió alegría!

Porqué se perdió? No crees que tu función es precisamente poner esa emoción y alegría?

Seguro que sí. Como a todo el género femenino. Pero salgo en defensa del género femenino y digo: ¿por qué siempre nosotras? ¿por qué exponer permanentemente nuestro corazón?

Yo te di de sobra, te di en exceso.

No me digas eso! No tengo opción! En otras palabras: asúmelo!

Eres una niña que derrocha amor en el cuerpo redondo de una mujer.

Jajajajjajajaaaaa...ay Dios! Me hubieras dejado eternamente niña. La vida es tan sencilla así. Nuestra mirada es limpia, nuestros deseos son transparentes, nuestro amor es desinteresado y las cosas simples son más que suficientes.

Esa mirada es la que se necesita! Esa mirada trasmite al mundo!

Así me comerán los caimanes y dinosaurios! Y tampoco que me siento cómoda en el disfraz de caperucita...!

Eres una caperucita con botas y portaligas ¿contenta?

jajajjajjajaaaa! Eso está mejor.

Continuará...


lunes, 13 de diciembre de 2010

Mi actitud desafiante ante la vida está, pero se empequeñece calladamente.

Si normalmente sé expresar abiertamente tanto mi disgusto como mi aprobación, simplemente porque lo que digo es lo que siento, en este tiempo parezco un marido más: no sé decir lo que siento.

Yo creo que la vida no es igual sin amor, que pese a ser sincera, cariñosa, arrolladora, puro fuego, no debo olvidar que los demás suelen aguantar mi espíritu inflamable.

Entonces, a uds. que son importantes... sólo me queda amarlos.

http://http://www.youtube.com/watch?v=FQqasc0GYMo&feature=related

sábado, 30 de octubre de 2010

El espíritu de mi yerno apareció para recordarme que tanta bondad junta no puede ser posible...(menos viniendo de la nuera). Y vuelvo al texto y digo "bueno, sí". Hablar de la suegra supone hacer del hígado un delicioso paté, sin embargo...ese no es mi caso. Ella es metiche, pero no es odiosa. Pecó de metete y sus pecados ya fueron perdonados y hoy encomienda su alma.

Lo que quiere decir que, su alma no es tan negra y tan gris como la de mi vecina en noche de brujas. Invadió territorios ajenos, tomó su brújula y enrumbo nuevamente por otros lares. En realidad, yo creo que buscaba conocerme por el color y tamaño de mi ropa interior (razón por la que abre mis cajones), entender porque su hijito no muere de inanición si come poca carne y mucha fruta (razón por la q bucea en mi refrigeradora). Ella no se explica cómo y -bueno- yo no gastaré energías haciéndolo.

También es cierto que, ser suegra y tener nuera (no-era) es muy distinto a ser suegra y tener yerno. La mujre que se llevó al "hijo predilecto", más aún si es el mayor, si es el único...madre mía! El hombre que se llevó a "la niña de sus ojos" supone menores conflictos.

Por eso, mi querido yerno prometo solemnemente ser una suegra amable, viviré lejos, disfrutaré de mis nietos, te saludaré en el día del padre, te compraré una camisa en tu cumpleaños, tomaré café con tu madre, te compraré calzoncillos sexys y cuidaré de tu mascota.


domingo, 26 de septiembre de 2010

Un día es una llamada telefónica a las seis de la mañana del domingo. Otro día es una recomendación para darle comida calientita directamente del sartén (no del microondas). Por allí otro, es una observación a su hijito que está cayendo en desnutrición. Y luego, después de muchas alertas, llega el día, el gran día!, en que curiosea entre los cajones de tu ropa interior. Es el preciso instante en que reconoces que la suegra llegó a tu vida.

Se sabe que pocos las aman, la mayoría las repele. "Alrededor del 60% de los matrimonios ha discutido alguna vez por la madre de él", ¿les suena familiar? Pues claro, yo también participo en esas encuestas. Porque si se sabe algo a ciencia cierta, en esta vida y en la otra, de este padecimiento milenario (casi endémico), es que tenemos que sobrevivir a ellas.

No gratuitamente son el blanco para todos los chistes. No alegremente se han ganado el título de entrometidas, controladoras y manipuladoras, mucho menos por su linda carita. Por casualidad, la memoria los lleva a recordar frases como: " Te hablo a la oficina, por que con eso de que tu esposa nunca está en casa...", "Está muy bueno pero...te voy a pasar la receta correcta", "Madre sólo hay una".

Soy un caso, uno de ésos que vivió en carne propia y en primera persona del singular, todo aquello que supone tener suegra. Una nuera convertida en amenaza porque me robé la atención de su hijo, porque no sabía cocinar, porque su nieta toma menos leche que el nieto del vecino, porque mientras yo dormía él preparaba el desayuno.

De estas madres posesivas que, siguen viendo a sus hijos como niños, piensan que nosotras no los merecemos y los manejamos, de esas... me tocó una. Y me puse en sus zapatos.

Ella como tantas, me hace feliz estando bien lejos de mi casa. Ella, como la mía, la tuya y la de aquel, tiene una gran necesidad de cariño. Una inmensa necesidad de afecto que la hace enfrentarse y no reconocer sus límites.

Por lo pronto, yo tengo un tratado de paz firmado y -creo yo- sacramentado. Por lo pronto, hoy reconozco que aprendí a quererla cuando reconocí que su sonrisa, cada vez que nos abría la puerta de su casa era sincera; cuando lunes a lunes, durante mi embarazo, comía las lentejas más sabrosas en un elogio a las abuelas que aman dar de comer; cuando miro a su hijo y no comprendo porqué Dios me mando un hombre tan noble y tan fácil de amar.

viernes, 23 de julio de 2010

Acaban de colgar una foto en face de cuando tenía 5: moños, piernas gordas, minifalda, engreída de papá, manejaba bicicleta en cuatro ruedas, peinaba muñecas, leía Archi, tenía dos perros, jugaba en la calle y peleaba con mis hermanos.

Fotografiar mi vida hoy, sería algo así como: mamá, entreno con dos (Dori y Luna), lucho por jugarle a la vida más de una pasada, a no quemar el arroz y a no olvidar mi agenda propia. Suena fácil ¿verdad? Pues no te la creas.

Entrenar con Dori y Luna es un repaso a mi niñez, un columpiar mis hazañas y frustraciones y saber que tengo alma de niña. Que la conquista de la vida es simplemente invisible a los ojos, que ser madre es de titanes.

Si se detienen conmigo, ahora mismo estoy abriendo un paréntesis en mi historia y dando espacio a esta pasión por escribir al punto de espiarme sin piedad. Lo cierto es que, aquí ustedes verán a la que conocen y no se esconde, pero sobre todo, a la que busca no perder -ni por asomo- su capacidad de asombro.

Que sencillo fue el acto de colgar la foto en la red y esperar comentarios y comentarios. No tan fácil el acto de provocar todas esas emociones que nos retratan y llaman a recordar. Menos aún, el primer plano de nuestras luchas personales marcadas en el calendario, aquí mismo, en el segundo que corre.

Regreso a la foto y veo a mis hermanos, 1974, cuadra cuatro de la Avenida Pacífico y sus rostros cargados de inocencia, con un montón de ganas de crecer y creer en un mundo mejor. Dos compañeros de risas, juegos y sueños. Dos chiquillos que pese a todo eran mis incondicionales. Éramos tres despreocupados de la vida.

Mis hermanos...éramos un equipo. Ahora soy capitán de mi equipo. El manual de instrucciones lo perdí conscientemente y hoy lo escribo en borrador.

continuará...

martes, 13 de julio de 2010

Cualquiera puede pelar limas, montón de limas, pero nadie, absolutamente nadie, con el amor y la dulzura con que ella lo hacia. Me encantan las limas, evocan mi infancia y el perfume de aquella dama que se adorna en canas.

Era una niña cuando solía pasearme en los buses un día domingo. Siempre desde el paradero inicial hasta el final y en primera fila. Acostumbrada a mirar desde un Mercedes Benz, ese paseo -por el valor de un "sencillo"- como decimos por acá, era como embestir a la realidad y fotografiar en blanco y negro.

Por eso digo que ella es la culpable de mi vocación. Ella sembró en mí el cuestionamiento, la observación, los ímpetus por comunicar, la pregunta, el gusto por el diálogo, la información en tecnicolor, la duda, el encanto por lo cotidiano.

Hoy estás en tinieblas, en una antesala que nadie entiende, que reprime a todos, que encoje nuestros corazones y roza con el miedo. Hoy no nos conoces porque tu madre y Dios te están llamando. Hoy hablas para el mundo porque el mundo no te dejo hablar.

Entonces, volvemos la mirada atrás para pedirte nos escuches y es tarde. Tus tiempos no son nuestros tiempos, tu razón escapa en tonos grises y nosotros nos creemos tontamente lúcidos.

Perdóname si no te dije tantas veces gracias como te las mereces. Perdóname si no te tuve paciencia. Si no te abracé contra el frío y la soledad. Perdóname porque no vi la sabiduría en tus arrugas. Perdóname por ser como soy y amarte y admirarte.
No envejece. Su alimento es ilusión. Enciende el deseo y da paso a la esperanza. No hay miradas, tampoco un saludo real, un café compartido, nada. Sólo un incipiente conocimiento de su alma que le hace portar alas.

Es una deliciosa fantasía que definida como inalcanzable, imaginativa, idealista viaja kilómetros simplemente escribiendo una historia. Es una mezcla de Benicio del Toro, Bill Gates y Serge Gainsbourg que bastan para alentar -digamos- los próximos 60 minutos.

No hay testigos en está visión hacia dentro. Hay sólo líneas que, quizás a partir de hoy, sí lo sean. Hay un sin límites de oportunidades para la emoción y para la tristeza. Aún así, vale la pena. Aún así, nos arriesgamos a pensar que seguirá suspendido y sonriendo, que será poesía y nunca noticia de primera plana.
 

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